martes, 20 de mayo de 2014

Reseñas Bibliográficas al 20_05_14


1er. cuatrimestre
2do. cuatrimestre
                Nombre
Reseña #1
Reseña #2
Reseña #1
Reseña #2
Ayelén
APROBADA
Muy completo!



Karina
APROBADA
- El antropólogo desarrolla su actividad en una situación de estado de cosas de la propia actividad y el objeto en estado histórico definido.
- La amenaza del acontecimiento provoca en la comunidad el desarrollo de rituales que tienen por objetivo la preservación del orden. Toda amenaza de fuerzas naturales que la comunidad no puede controlar genera una situación de vulnerabilidad hacia la estructura social



María de los Ángeles
Aprobada
Muy completo!
Aprobada
Muy Completo!


María Laura
Aprobada
Muy Completo!



Melisa
Aprobada
Muy completo!



Myriam
Aprobada
Muy completo!



Sebastián
APROBADA
- El antropólogo desarrolla su actividad en un situación de estado de cosas de la propia actividad y el objeto en estado histórico definido.
- Los rituales que desarrollan las culturas frente a la amenaza de acontecimiento siempre deben ser interpretados por los antropólogos como reflejo del orden social. Muchos antropólogos le asignaban erróneamente cualidades especiales a aquellos que participaban de los rituales por ejemplo posesiones.
La regla de olvido indica que la posesión no pertenece al ámbito personal sino comunitario



Dos pibes wichí

Desarrollaron un sistema para mejorar la harina de algarrobo

Premio de la OEA a dos chicos wichí

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Lupia, la profesora, y los premiados, Cristian Medina y Miriam Gómez.
“El proyecto busca evaluar el rendimiento y mejorar la obtención de harina de algarrobo blanco. La cosecha del fruto del algarrobo es una de las grandes tradiciones de las familias wichí en Formosa. Con la harina hacemos alfajores y budines, que no tienen gluten y pueden consumir los celíacos. La idea es ayudar a la gente para que pueda comer y comercializar una mayor cantidad de productos de mejor calidad.” Así de simple, Miriam Gómez, de 17 años, resumió a Página/12 un trabajo arduo y a conciencia que comenzó hace varios años y que finalizó con una distinción internacional. En 2011, su escuela, en la localidad formoseña de El Quebracho, comenzó un proyecto para promover las prácticas profesionales de la institución que consistía en la forestización de la región, conocida por ser semiárida y con pocas lluvias, difícil para la producción agropecuaria. Junto a Cristian Medina, un compañero de cursada, los dos estudiantes wichí fueron distinguidos por la Organización de Estados Americanos (OEA) en la Feria Internacional de Ciencias Intel-Isef, que se desarrolló en Los Angeles, Estados Unidos. El reconocimiento tiene la intención de identificar y hacer visible cómo los talentos jóvenes desarrollan ideas que pueden ayudar a solucionar problemas regionales.
Miriam y Cristian pertenecen a la Escuela Agrotécnica Nº 10, un pequeño secundario público de orientación técnica, integrado por 70 alumnos. Su proyecto se había destacado antes en la Feria Nacional de Ciencias 2013, realizado en Mendoza. Esta distinción les valió que fueran seleccionados por el Ministerio de Educación de la Nación para participar del certamen internacional.
La joven, quien cursa actualmente 6º año, comentó que “proponemos cambios en el proceso productivo de la harina. En la etapa de cosecha, colocamos mallas de media sombra debajo de las copas de los árboles para que los frutos del algarrobo no lleguen al suelo y se contaminen. Al momento del secado, la costumbre suele ser dejarlos al sol. Nosotros pensamos que esto se haga en una estructura rectangular cerrada, con cuatro bastidores donde entran 10 kilos de fruta, una cantidad mayor a la que se maneja habitualmente”.
“Las familias suelen desconocer el alcance de sus cosechas. Por eso también hicimos mediciones para conocer la cantidad de frutos que producen los árboles y estudiamos el rendimiento de estos frutos”, señaló Miriam. La estudiante sostuvo que esta optimización no sólo favorece la economía de los trabajadores sino también el cuidado del medio ambiente.
El proyecto estuvo coordinado por la docente de la materia Producción Vegetal, Natalia Lupia. La profesora dijo a este diario que “el reconocimiento se dio de forma natural. Desde la escuela coordinamos actividades prácticas que atiendan los problemas de los vecinos. Esta zona se caracteriza por la cría de ganado caprino y vacuno, y la producción agropecuaria resultado de la forestización. Es difícil. El año pasado, por ejemplo, tuvimos la mayor sequía en la ciudad”.
“A los chicos les encanta. Con la escuela trabajamos 22 hectáreas en un monte, donde abrimos caminos y cada siete metros ponemos plantines de algarrobo o chauchas que nosotros mismos cultivamos. También, gracias a la ayuda de una ONG, trajimos desde Brasil un molino para moler los frutos. Lla molienda se hace con mortero. El resto de los gastos por los bastidores del secadero o los alambres para atar las medias sombras los financiamos los docentes”, explicó Lupia, quien también es ingeniera forestal.
La Feria Internacional de Ciencias Intel-Isef es una de las competencias de ciencias preuniversitaria más grande del mundo. Anualmente participan para exponer sus investigaciones independientes más de 1700 jóvenes, de 3º a 6º año del nivel secundario, de unos 70 países. La OEA reconoce a los alumnos y a sus maestros/mentores su contribución al desarrollo integral de la región en la fase inicial de sus carreras académicas y profesionales.
De los millares de trabajos que participaron, sólo 1015 fueron de América y, entre ellos, los evaluadores seleccionaron a 50 que respondían a sus criterios. Finalmente eligieron a los seis mejores, uno de los cuales resultó ser el de los chicos argentinos.
“Esta es otra experiencia que evidencia que la estigmatización que se suele hacer de los jóvenes argentinos no coincide con la realidad. Hay reservas insospechadas en las escuelas públicas argentinas. Ustedes son la exposición y la muestra del esfuerzo, la dedicación, el compromiso; y de la excelencia de la escuela pública, que puede preparar a los alumnos con los más altos niveles”, destacó el ministro de Educación, Alberto Sileoni, al recibir a los chicos premiados.
Lupia contó que “ahora estamos probando un tratamiento experimental donde les ponemos distintos geles a las plantas y probamos distintos tipos de riegos para mejorar su resistencia al clima. También vamos a hacer un taller para comentarle a la gente lo que hacemos. Queremos que ellos mismos puedan hacerlo”. Con la misma conciencia social, Miriam confesó que “mi idea es seguir estudiando. Me gustaría ser ingeniera y seguir trabajando en proyectos para poder ayudar a toda la sociedad”.
Informe: Gonzalo Olaberría.
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lunes, 5 de mayo de 2014

¿Las lenguas indígenas son eficientes para comunicar?

Cristina Messineo, investigadora de los idiomas originarios en la Argentina

“Es prejuicio decir que las lenguas indígenas no son comunicativamente eficientes”

Pionera en el desarrollo local de la lingüística antropológica, su foco de atención son las lenguas que se hablaban aquí antes de la llegada de los españoles. “Cuando empecé, a los chicos que hablaban una lengua indígena en la escuela les hacían lavar la boca”, dice para recordar que hasta no hace tanto tiempo imperaba lo que llama la “ideología del desprecio”. Las actuales políticas, la tarea de recuperar las lenguas en peligro.

Por Verónica Engler
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Cuando empezó a ocuparse de las lenguas indígenas hace ya tres décadas, quienes se dedicaban a la lingüística antropológica –un campo en el que comulgan varias disciplinas académicas– eran apenas una minoría que se podía contar con los dedos de una mano. Fue en plena primavera alfonsinista cuando, entre otras cuestiones, se empezaba a reconocer positivamente a esas voces silenciadas de la América profunda. Desde entonces, la doctora Cristina Messineo ha recorrido diferentes zonas de la Argentina y países limítrofes para encontrar los sonidos del wichí, del toba, del quechua y del maká, entre otras lenguas. Pero para esta lingüista, un idioma no es un gramática compendiada en un libro, “es la manifestación, la construcción de un individuo, de un grupo, de una identidad. En ese sentido, es un aporte a la riqueza de un territorio, de un pueblo”, sintetiza su visión.
La situación de las lenguas indígenas, la forma de estudiarlas y de incluir a sus hablantes en los proyectos de investigación, las políticas lingüísticas, la ideología del desprecio que imperaba hasta no hace mucho sobre estos idiomas vernáculos, la recuperación de las lenguas que están en peligro y la función social de la ciencia son algunas de las cuestiones que aborda Messineo en la entrevista que sigue.
–¿Cómo empieza a trabajar con las lenguas indígenas desde la lingüística antropológica?–Fue en un momento bastante especial de nuestro país, al inicio de la democracia. Yo me contacté con una profesora de Letras que estaba trabajando con un grupo de antropólogos en el oriente boliviano con una lengua de esa zona. Ella dio un seminario en un instituto de antropología al que yo asistía, en el que hubo una clase abierta que dio ella con un hablante toba. Fue muy interesante porque él enseñó lo que es un consejo qom. Un consejo en realidad es una práctica lingüística comunicativa de los ancianos a los jóvenes, de los padres a los hijos, que regula la conducta de los tobas, pero tiene una forma y una estructura especial. Es el medio o instrumento por excelencia de educación, pero no sólo pedagógico, sino para transmitir los valores culturales, las conductas: qué es lo que se puede comer, qué se debe hacer cuando la persona va al monte a cazar, cómo debe ser el matrimonio. Es un compendio jurídico de toda la cultura. Eso fue lo primero que vi de este idioma. Así es como empecé. Pero en la Facultad de Filosofía y Letras (de la UBA) no hay una especialidad que sea Lingüística antropológica, sino que es un amplio campo de disciplinas. A quienes nos dedicamos a esto lo que nos interesa es relacionar fenómenos de la lengua con la cultura, ver cómo las personas se comportan lingüísticamente.
–¿Cuál es la situación actual de las lenguas indígenas en Argentina?–A partir de los años ’90, de la reforma de la Constitución nacional, lo que se ve es que hay un interés especial desde varios campos, por ejemplo la educación, que ha puesto mucho la mirada en los pueblos y las lenguas indígenas, y la investigación académica también. Antes éramos cuatro o cinco los que investigábamos esto y ahora hay muchos estudiantes y equipos de investigación dedicados a estos temas. En cuanto al número de lenguas indígenas que se hablan hoy en Argentina, la cifra va a depender de qué se denomine lengua, o variedad dialectal, y si se consideran las lenguas de un solo hablante o lenguas cuyos hablantes sólo recuerdan palabras sueltas. Por eso es difícil hablar con números absolutos. Teniendo esto en cuenta, se puede decir que existen catorce lenguas, de unas treinta y cinco que se hablaron en lo que es hoy el territorio argentino antes de la llegada de los españoles a América. Las lenguas son: toba, pilagá, mocoví, wichí, nivaclé, chorote, tapiete, ava-guaraní, mbya, guaraní (familia tupí-guaraní), quechua, tehuelche y mapuche. Gracias a investigaciones recientes, se pueden agregar a la lista las lenguas vilela, considerada extinta desde la década de 1960, y chaná, oculta durante casi doscientos años.
–¿Y en qué estado se encuentran estas lenguas que han sobrevivido?–Hay de todo tipo, hay lenguas que tienen muy pocos hablantes, como el caso del tehuelche. También hay lenguas indígenas que no las habla la población indígena, por ejemplo el quichua santiagueño, la población que la habla es criolla, lo mismo el guaraní, que es una lengua indígena y se habla en todos lados. Desde el punto de vista de sus hablantes hay lenguas indígenas que se hablan cotidianamente y tienen un número importante de hablantes, como el quechua que hablan los bolivianos migrantes a la Argentina, pero también se consideran dentro de las lenguas indígenas que se hablan en el país. Y hay lenguas que tiene un solo hablante, como por ejemplo el vilela, que es una lengua de la región chaqueña, de la que se ha encontrado a un solo hablante. Y también hay grupos indígenas que se reivindican como tales y están buscando su identidad, están tratando de recuperar su idioma, como es el caso del huarpe, que para los científicos había desaparecido en el siglo XVII.
–¿Cómo se recupera una lengua después de tanto tiempo en el que no fue utilizada por hablantes?–Es una pregunta a la que no sé muy bien cómo contestar. Técnicamente no puedo decir cómo se recupera, pero lo importante no es si se recupera técnicamente, sino que es el deseo de los descendientes de huarpe, que intentan recuperar su identidad y con eso su idioma. Quizá recuperan una palabra, dos oraciones o un pequeño texto. Para la antropología lingüística, el idioma no son sólo las palabras, las oraciones o la gramática, el idioma está ligado a un sentimiento de identidad muy profundo, de recuperar el pasado, un pasado que ha sido silenciado, ocultado durante años, durante siglos. No hay un técnica de recuperación, pero cuando hay un deseo, sobre todo de gente joven, descendientes, que hacen el esfuerzo por recuperarlo, eso ya es algo importante.
–En el caso del vilela, que tiene un solo hablante, ¿cómo es una lengua cuyo único hablante no la puede hablar con nadie?–Es muy interesante porque es una lengua sin comunidad lingüística, sin comunidad de habla. Para eso está el trabajo de los lingüistas, es el trabajo de documentación, que es una de las tareas del lingüista. En este caso se trata de documentar una lengua cuyo hablante es un recordante de la lengua, no es un hablante, no se comunica con esa lengua. Y eso es un paso, trabajar con la recuperación de las palabras, de las formas verbales, de textos.
–¿Y ese registro, esa recuperación, es una especie de legado, de objeto museístico?–Yo no trabajo con lenguas en “extremo peligro”, como el vilela. Pero en realidad son lenguas que tienen un solo hablante que no es hablante, sino que recuerda de sus abuelos o de su infancia. Entonces, el trabajo puede ser de dos tipos: o de museo, de archivo y documentación, o puede tener el otro apoyo, que es el de producir material en esa lengua para transmitirlo: por ejemplo, esa persona se lo puede transmitir a sus nietos, y les puede enseñar a los nietos o a los hijos algunas palabras, y eso puede llegar a tener en el futuro cierto efecto. Los idiomas no son meras palabras, sino que conllevan todo un significado y un conocimiento del mundo. Por ejemplo, en el toba, que es una lengua que tiene un número importante de hablantes, hay muchas palabras que refieren a especies naturales, y hay un nombre para un árbol que es el eucalipto, que se llama “domiaGai”. Esta palabra en toba significa “el que zumba”, “el zumbador”, porque en determinada época del año se acerca una especie de abeja que produce una miel especial, y que hace que el árbol zumbe. Ligada a esa palabra hay un montón de conocimiento acerca de la producción de la miel, de la época en que recolecta esa miel. Hay una serie de conocimientos entrelazados que si se pierde la palabra se pierden también.
–Usted investiga el qom l’aqtaqa (lengua toba) desde hace varios años. ¿Qué cuestiones le parecen relevantes o significativas de esta lengua?–A mí siempre me interesó la relación lengua-cultura, poner el foco en ese aspecto. De todos modos, como mi formación es en lingüística, empecé trabajando con la gramática, con los aspectos más formales de la lengua. La perspectiva mía era la de ver cómo funcionaba la gramática con el significado. Porque todos los hallazgos que uno puede hacer en la gramática de una lengua no europea o no de las mayoritarias, pueden aportar a la teoría lingüística general. Y, justamente en ese sentido, las lenguas indígenas de América, sobre todo las latinoamericanas, tienen la particularidad de codificar ciertos aspectos del significado que las lenguas europeas no hacen de la misma manera. Entonces, en ese sentido, se tornan interesantes científicamente. Algunas tienen la particularidad de que en un verbo, además de tener todo lo que tiene un verbo en español, como el tiempo y la persona, codifica si el hablante lo vio o no lo vio, si fue testigo o no, si lo escuchó. Eso es lo que se llama “evidencialidad” en las lenguas, sería como el conocimiento del hablante sobre lo que sucedió, sobre lo que está relatando, la fuente del conocimiento. Eso es algo que en las lenguas europeas no existe codificado en la gramática, uno puede decir “me dijeron que está por llover”, pero la relación entre lo que se dice y el conocimiento de quién lo dice no está en el verbo.
–¿Por qué en el ámbito académico se hace referencia a las lenguas indígenas como lenguas “minorizadas”?–Tiene que ver con una concepción prejuiciosa acerca de que esas lenguas no son comunicativamente eficientes, porque no pueden comunicar conceptos abstractos o teorías, o que no son gramaticalmente completas. Nada de esto es cierto. Está la idea de que son dialectos, que no tienen el status de lengua. Pero en realidad no hay ninguna diferencia lingüística entre dialecto y lengua, es sólo política. Un sociolingüista muy conocido decía que la lengua es un dialecto con ejército, por eso el castellano es una lengua y el chorote es un dialecto. Hay una autora, que se llama Nancy Dorian, que hizo un trabajo interesante sobre ideologías lingüísticas, y habla de la ideología del desprecio, que es una ideología muy europea que vino con la conquista, y que adoptó esa mirada respecto de las lenguas en América. La ideología del desprecio tienen mucho de estos rasgos que comenté: supone que las lenguas indígenas no tienen una gramática, no pueden expresar el conocimiento abstracto, la idea de que si un hablante habla el español y una lengua indígena es nocivo para su aprendizaje, en cambio si habla inglés y español es bárbaro.
–Con la reforma de la Constitución nacional en 1994 parece expresarse un interés desde el Estado de revalorizar las lenguas indígenas y desarrollar una política lingüística más ligada a un bilingüismo vernáculo. ¿Hubo cambios reales en la educación desde entonces? ¿Los maestros y maestras pudieron prepararse para enfrentar esta situación y que no termine siendo un “problema” en clase que el niño o la niña hablen guaraní en su casa?–Creo que hubo cambios. Hay muchas escuelas preparadas. Me dediqué mucho tiempo a este tema de la educación bilingüe intercultural. En este momento no tengo cifras exactas sobre la situación porque no me estoy dedicando a eso, puedo dar una apreciación muy general. Cuando yo empecé, en el año ’89, en lo que fue el Programa Bilingüe Intercultural de la provincia de Chaco, se venía de una época en la que a los chicos que hablaban una lengua indígena en la escuela les hacían lavar la boca o los ponían en penitencia. Ahora ya hay muchas experiencias de educación bilingüe intercultural, mucho camino recorrido, están lo que se llaman “auxiliares docentes”, los maestros indígenas. Antes uno veía que el auxiliar docente barría el patio de la escuela. Creo que ahora hay mucha gente que tiene incluso formación terciaria como maestros, veo que hay un gran avance en la formación de los propios indígenas como maestros.
–¿En qué momento comienza a darse este cambio en la valoración de las lenguas indígenas?–Yo creo que empieza con la democracia, como tantas otras cosas que estaban ocultas, que eran consideradas denigrantes. Estas lenguas eran consideradas como yendo en contra de un proyecto de país que miraba la unidad. Cuando se unifica este país como Estado-nación a lo primero que se hace referencia es al puro idioma español, que no debe mezclarse con esos híbridos dialectos, y ahí también incluían a los dialectos que traían los italianos y los españoles inmigrantes, y a las lenguas indígenas. A partir del comienzo de la democracia, de alguna manera, empieza a romperse ese proyecto tan europeizante.
–Usted realizó un proyecto de investigación colaborativa en la comunidad toba de Derqui (Pilar, provincia de Buenos Aires). ¿Me puede contar qué características tiene una iniciativa de este tipo en la que los propios hablantes nativos colaboran activamente con la investigación?–Es un proyecto que empezó en 2001 y duró hasta 2006. Fue un proyecto que surgió bastante del interés de los científicos e investigadores de volcar o de transferir los conocimientos a una comunidad que recién se estaba organizando. Investigación colaborativa significa que el interés de la investigación se traslada a los propios actores, a los propios hablantes. Ese fue un trabajo muy lento. Cuando yo terminé mi tesis de doctorado, que es una gramática sobre la lengua toba, tuve el impulso de llevar la tesis a la comunidad y ver qué pasaba, qué podíamos hacer en ese lugar donde se estaba nucleando un grupo de gente que venía de distintos lugares del Chaco y que además tenía una problemática muy importante desde el punto de vista lingüístico, que era que los niños ya no hablaban más la lengua nativa, aprendían el español como primera lengua. Y eso es grave, porque el síntoma de que una lengua se pierde es cuando los niños ya no la hablan, cuando los padres ya no la transmiten. Se estaba dando esta situación ahí, yo había escuchado la preocupación de los mayores, de algunos ancianos, y pensé que quizás era un buen momento para empezar a trabajar en este sentido. Una comunidad urbana bilingüe, pero con niños monolingües en español, era una situación muy peculiar, distinto de lo que pasaba en el Chaco, en donde los niños eran monolingües pero en una lengua vernácula. Entonces empezamos unos talleres en los que se incorporaron muchos adultos y adolescentes. Y en esos talleres en realidad empezamos juntos a ver qué podíamos hacer. La primera cuestión que surgió es que querían aprender a hablar mejor el español, para poder desempeñarse mejor en el mundo laboral y educativo. Y mi idea era que eso estaba bien pero que también necesitaban recuperar su idioma, porque eso iba a ser positivo. Esta es una idea que a la gente le costaba entender. Pensaban que aprendiendo en toba se atrasaban en su aprendizaje del español. Pero mi hipótesis era que recuperar el toba también iba a servir para que se afianzara la confianza en uno mismo y fuera posible aprender el otro idioma. Entonces empezamos con los talleres en los que teníamos sesiones de gramática, de relatos sobre la historia, sobre las costumbres, de dramatizaciones de algunas situaciones comunicativas. En un proyecto colaborativo las personas no son estudiadas como objetos, sino que se incorporan a ese interés de la investigación y, justamente, se interesan por su propio idioma, y empiezan a encontrarle la belleza, la estructura, y se interesan en trasmitírselo a sus hijos.
–Y de esa experiencia colaborativa surgió un material que luego publicó el Ministerio de Educación de la Nación, ¿verdad?–Sí, fue muy lindo porque se hizo un acto de presentación en el Palacio Pizzurno, y en el acto estaba el ministro de Educación, que era Daniel Filmus, el director del programa, un anciano toba y yo. Cada uno habló, y fue hermoso porque el ministerio había puesto a disposición micros, y así pudo venir gente de todos lados. La plaza de enfrente del palacio estaba llena de gente qom, que llegaban al ministerio, y se llenó de whipalas, eso fue muy lindo. Otra cosa muy interesante es que una de las personas adultas que venía al taller, con un conocimiento y una sabiduría increíble, empezó a dar clase como maestro de lengua toba en la Facultad de Filosofía y Letras. Se llama Mauricio Maidana. Ahora va a salir un libro que hicimos, que incluye textos de él: Arte Verbal Qom: consejos, rogativas y relatos de El Espinillo (Chaco). Textos bilingües anotados.
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Racismo en Europa

HABLA PAUL LEMMENS, JUEZ DE LA CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS

“El racismo crece en Europa”

De paso por Buenos Aires, el jurista nacido en Bélgica alerta sobre los casos de violencia extrema en el este europeo, hechos que por lo general, señala, son perpetrados en estaciones de policía y centros de detención.

Por Adrián Pérez
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“No se puede irse demasiado lejos con la jurisdicción universal”, opina Lemmens.
La democracia y el respeto por los derechos humanos atraviesan una crisis en el Viejo Continente que no encuentra antecedentes desde el final de la Guerra Fría. Ese fue el diagnóstico presentado por el Consejo de Europa en su último informe del mes pasado, donde señala además que la anexión rusa de la península de Crimea generó un punto de inestabilidad en la región. Página/12 conversó sobre este y otros temas con Paul Lemmens, juez de la Corte Europea de Derechos Humanos que visitó Buenos Aires esta semana, invitado por el Centro Internacional de Estudios Políticos de la Universidad de San Martín para disertar sobre el rol y los desafíos que ese Tribunal Supremo tiene por delante en una Europa en transformación.
Lemmens se desempeña como magistrado de la Corte hace año y medio. Desde ese tiempo a esta parte, lo que más llamó su atención fueron los casos de violencia extrema en el este europeo; hechos que por lo general, señala, son perpetrados en estaciones de policía y centros de detención. “No estoy diciendo que ocurran todos los días, que estos actos de violencia sean endémicos o habituales –advierte el jurista belga–. Pero lo característico es que son continuados por una acción de encubrimiento para evitar que se establezca qué fue lo que ocurrió”, completa.
Consultado sobre esos casos, el juez recuerda el calvario que un grupo de presos vivió por demandar mejores condiciones de encierro. Con la orden del gobierno de sofocar la protesta, las autoridades penitenciarias convocaron a los líderes de la revuelta a un encuentro donde discutirían sus reclamos. Una vez que los referentes se reunieron en una habitación, los encargados de la prisión llamaron al ejército. Después de torturarlos, los militares trasladaron a los prisioneros a otro sitio donde oficiales de seguridad esperaban para continuar con el castigo. Allí fueron obligados a firmar una declaración: el texto establecía que, aunque habían sido golpeados y maltratados, los detenidos merecían ese tratamiento.
Quienes encabezaron la protesta fueron enviados más tarde a distintas prisiones. De esa forma, las autoridades daban por resuelto el problema y se aseguraban de que los presos no volvieran a hablar del asunto. Pero los detenidos, a medida que recuperaron la libertad, se asesoraron con abogados que reconstruyeron los hechos. Luego de ser debatido en la Justicia local sin que ningún funcionario terminara procesado, el caso fue tratado en la Corte Europea de Derechos Humanos. Finalmente, el gobierno negó las torturas. Este diario pregunta el nombre y la ubicación de la prisión. Lemmens ensaya una sonrisa nerviosa. Hace lo posible por no dar referencias de los acontecimientos. Finalmente, cuenta que las torturas sucedieron en una cárcel ucraniana, hace cinco o diez años.
–A propósito, ¿cómo analiza la actual situación en Ucrania?
–El conflicto que atraviesa este país no sólo se vincula con la violación de derechos humanos; se relaciona también con la soberanía de los Estados. Hay un elemento que sí tiene que ver con los derechos humanos y es cómo se trata a las minorías. El secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, señaló recientemente que lo que ocurre en Ucrania refleja lo que pasa cuando no se protege a todas las personas, incluyendo las minorías.
–Además de la discriminación de esos sectores y las condiciones de detención en las cárceles, el Consejo europeo mostró su preocupación por los altos niveles de corrupción, el funcionamiento y organización del sistema judicial. ¿Cómo pueden atacarse esos problemas?
–Quizás estas cuestiones requieran una aproximación política. Son 47 los Estados miembro del Consejo de Europa y no todos tienen la misma posición. La Corte Europea no está involucrada en la resolución inmediata de los problemas. Por las características de su jurisdicción, estas cuestiones le llegan años después de que sucedieron los hechos. Antes hay que agotar las instancias internas en cada Estado. En la base del conflicto ucraniano hay una situación de tipo económico y, cuando esto pasa, las personas comienzan a reclamar.
–Entre otras acciones, usted participó del Panel Asesor de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Kosovo. ¿Cómo recuerda esa experiencia?
–En ese panel recibimos quejas contra Naciones Unidas por su intervención en Kosovo. Examinamos situaciones que tuvieron lugar entre 2006 y 2008.
–¿A quién iban dirigidas esas denuncias?
–Fueron presentadas contra la administración civil que desempeñaba Naciones Unidas. Durante esos años se recibieron quejas de personas que habían abandonado el país: las denuncias giraban en torno de la falta de respuesta por la desaparición de sus familiares durante la guerra, y al finalizar el conflicto, porque Naciones Unidas no logró llevar adelante investigaciones eficaces.
–¿Qué respuesta ensayó el Estado kosovar ante esas quejas?
–La semana pasada, el Parlamento de Kosovo adoptó una ley brindando su acuerdo para la creación de un Tribunal Internacional Penal, sobre responsabilidad individual, donde se juzguen estos crímenes. Luego debería ser implementado por la Unión Europea. En las opiniones del panel en el que participé aparecen consignados hechos que van a ser valiosos para este tribunal al momento de estudiar los casos.
–Tiempo atrás estuvo la posibilidad, mientras se discutía el juzgamiento de los crímenes cometidos en la ex Yugoslavia, de gestar un tribunal con esas características. Sin embargo, esa experiencia naufragó.
–Ese intento no fue exitoso porque los testigos que dieron testimonios valiosos fueron asesinados. La idea ahora es crear un tribunal con un buen sistema de protección de testigos para obtener información detallada. Los testigos no van a ser escuchados en Kosovo sino en otra jurisdicción, probablemente en La Haya.
–¿Qué otros desafíos en materia de derechos humanos avizora en Europa?
–La discriminación y el racismo son fenómenos crecientes y preocupantes en toda la región.
–¿Cuál es su análisis sobre el alcance de la Justicia universal en España?
–Bélgica tuvo una legislación que ampliaba la jurisdicción de una forma mayor que la existente en España. Con el tiempo fue abolida porque, a nivel político, daba la sensación de que podían juzgarse todos los crímenes de la humanidad. No puede irse demasiado lejos con la jurisdicción universal, sino que debe haber una vinculación clara entre los países involucrados.
–Los crímenes del franquismo no son investigados en España.
–La pregunta es en qué medida les concierne a otros Estados involucrarse en la investigación de los crímenes que ocurrieron en España. ¿A Bélgica le correspondería implicarse en la resolución de esos delitos?
–¿Usted qué opina?
–Sí hay un rol en la medida en que las víctimas estén involucradas con otro país, no por el mero hecho de que residan en otro país. Las víctimas pueden presentar sus denuncias ante el sistema europeo de derechos humanos en el sentido de que España no haya investigado crímenes, no necesariamente delitos de la época del franquismo, que en realidad preceden la adopción de la Convención Europea de Derechos Humanos.
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Revista Etnográfica

Etnográfica es una revista cuatrimestral de antropología social y cultural publicada en Portugal. Edita artículos en portugués, inglés, español y francés que abordan contextos etnográficos diversos. La revista privilegia la investigacíon empirica de calidad, la diversidad de puntos de vista analíticos y la innovación teórica. Los artículos seleccionados por la comisión editorial se someten anónimamente a la evaluación de dos revisores.Etnográfica esta indexada en importantes bases de dados y colecciones como Anthropological Index Online, EBSCO, Revues.org, SciELO, Scopus, Web of Science – SciELO Citation Index.

último número en línea
vol. 18 (2) | 2014

Hemeroteca Digital Brasileña

Hemeroteca Digital Brasileña

Río de Janeiro. La Fundação Biblioteca Nacional pone a disposición de sus usuarios la Hemeroteca Digital Brasileña, un portal de periódicos nacionales (diarios, revistas y publicaciones seriadas) para ser consultado por internet. En ella, investigadores de cualquier parte del mundo pueden tener acceso libre y gratuito a títulos que incluyen desde los primeros diarios creados en el país –como el Correio Braziliense y la Gazeta do Rio de Janeiro, ambos fundados en 1808- a diarios desaparecidos en el siglo XX, como el Diário Carioca y el Correio da Manhã, o que ya no circulan en forma impresa, como el Jornal do Brasil.

Entre las publicaciones más antiguas y raras del siglo XIX se encuentran, por ejemplo, O Espelho, Reverbero Constitucional Fluminense, O Jornal das Senhoras, O Homem de Cor, Semana Illustrada, A Vida Fluminense, O Mosquito, A República, Gazeta de Notícias, Revista Illustrada, O Besouro, O Abolicionista, Correio de S. Paulo,Correio do Povo, O Paiz, Diário de Notícias así como también los primeros diarios de las provincias del Imperio.

En cuanto al siglo XX, se pueden consultar revistas tan importantes como Careta, O Malho, O Gato, así como diarios que marcaron la historia de la imprenta en Brasil, tales como A Noite, Correio Paulistano, A Manha, A Manhã y Última Hora.

Las revistas de instituciones científicas componen un segmento especial del acervo disponible. Algunas de ellas son: Annaes da Escola de Minas de Ouro Preto, O Progresso Médico, la Revista Médica Brasileira, los Annaes de Medicina Brasiliense, el Boletim da Sociedade de Geografia do Rio de Janeiro, la Revista do Instituto Polytechnico Brasileiro, la Rodriguesia: revista do Jardim Botânico do Rio de Janeiro, el Jornal do Agricultor, entre tantos otros.

La consulta, posible a partir de cualquier dispositivo conectado a internet, puede realizarse por título, período, edición, lugar de publicación y hasta por palabra/s. También se pueden imprimir las páginas deseadas.

Además del apoyo del Ministerio de Cultura, la Hemeroteca Digital Brasilera es reconocida por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y cuenta con el apoyo financiero de la Financiadora de Estudos e Projetos (FINEP), que hizo posible la compra de los equipos necesarios y la contratación del personal para su creación y mantenimiento. Hasta el momento ya son más de 5.000.000 de páginas digitalizadas de periódicos raros o extinguidos a disposición de los investigadores, número que se irá acrecentando con la continuidad de la reproducción digital.
[Fuente: FBN]

Biblioteca Digital Trapalanda


TRAPALANDA

Trapalanda era el nombre de una tierra mítica y ensoñada. La buscaron para conquistarla y les fue esquiva. Se convirtió en imagen en el ensayo y nombre de alguna revista.
Para la Biblioteca Nacional es el nombre de una utopía: la puesta en acceso digital de todos sus fondos. Aquí se encontrará el lector con distintas colecciones, en las cuales los libros y documentos que la institución atesora se encuentran en forma digital.

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COLECCIÓN SUGERIDA

Manuscritos de Leopoldo Lugones

Poeta, cuentista y ensayista, figura fundamental de la cultura argentina. La colección de manuscritos adquirida por la Biblioteca constituye el archivo público más importante dedicado a su obra. Posee correspondencia, capítulos manuscritos de El payador y de El dogma de obediencia, entre otros.

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BIBLIOTECAS DIGITALES ESPECIALES

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La Biblioteca Nacional tiene acuerdos de integración de bibliotecas digitales con la Iberoamericana –que incluye varias bibliotecas nacionales de América Latina y España–, y constituye, junto con la Biblioteca Nacional de Brasil, la Biblioteca Virtual Pedro de Ángelis. Al mimo tiempo desarrolla colecciones y acervos de información específicos como el Martín Fierro interactivo y el Acervo digital anotado.

Bibliotecas de Montevideo en línea

La Intendencia de Montevideo lanzó el catálogo en línea de sus bibliotecas

Montevideo. La Intendencia de esta ciudad tiene una red de 19 bibliotecas públicas, quince de ellas en funcionamiento y las otras cuatro en procesos de reapertura y reacondicionamiento. Los servicios que ofrecen son gratuitos y la colección total comprende alrededor de 65.000 ejemplares de 8.000 títulos.

Por esto, la Intendencia creó este catálogo en línea que habilita búsquedas personalizadas por tema, título de publicación, autor o biblioteca. Según dijo un vocero: “El sistema detalla la información del material bibliográfico, la cantidad de copias existentes y la disponibilidad según cada biblioteca”.

El material disponible en las bibliotecas puede leerse en las salas o llevarse al hogar en préstamo. Además de libros, las bibliotecas cuentan con un importante acervo de “revistas, juegos y soportes audiovisuales, como vídeos, DVD y CD-ROM”, señalan desde la Intendencia.

Las bibliotecas, a su vez, ofrecen un espacio particularmente pensado para los niños, con sitios específicos dedicados a promover la lectura entre los más pequeños, además de actividades recreativas y lúdicas. Funcionan asimismo como centro de actividades educativas y de formación, recreativas y sociales de la comunidad donde se encuentran.
[Fuente: La red 21]

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